lunes, 21 de septiembre de 2009

Los tres últimos deseos de Alejandro El Grande


Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales
y les comunicó sus tres últimos deseos:

1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.
2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...
3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.

Alejandro le explicó:

1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que venimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.

Al morir nada material te llevas, aunque creo que las buenas acciones son una especie de cheques de viajero.

"EL TIEMPO" es el tesoro más valioso que tenemos, es el ‘AHORA’, el ‘PRESENTE’.
Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar, nuestro tiempo es nuestra vida. EL MEJOR REGALO que te puedes hacer es darte tiempo. Nada que Tú no puedas regalarte a Ti mismo le puedes obsequiar a los demás. Dedica unos minutos de tu día para meditar sobre ti mismo, mantente en observación constante, sé tu propio psicólogo, de esta manera encontraras que lo que en un principio llamaba tu atención luego lo vas a ver realmente con el valor que se merece. De la misma manera aquello que no era importante en tu vida comenzara a serlo.