domingo, 26 de junio de 2011

Convierte estos principios en un ideario para tu camino



Rescata tu verdadera identidad.

Haz del presente una eternidad.

El amor es la medida de tu evolución.

Fuiste creado para la grandeza.

Todos tenemos una misión, ¿Cuál es la tuya?.

Despierta los tiempos apremian.

La unión es el camino.

Piensa, siente y actúa con rectitud.

Avanza siempre a pesar de…

Limpia y despercude tu alma.

Desata los nudos.

Aprovecha las crisis para crecer.

Sé fuente de luz, paz, amor y felicidad.

Cuida tus palabras.

Desea y haz siempre el bien.

Tu paz interior es tu mayor fortaleza.

Atraes lo que necesitas para tu desarrollo.

Da y ofrécete siempre con alegría.

Usa la llave del perdón para tu liberación.

Atiende y sigue las señales.

Trasciende el temor y los miedos.

Agradece siempre y bendice.

Construye tu propio destino.

Pon tus sueños a caminar.

Aprovecha tus talentos.

Renueva cada día tu contrato con la vida.

Por tu bien y el bien del mundo, ama.

Controla tus potros salvajes.

Dios es tu único lugar seguro.

Tu mismo eres el camino y el caminante.

Una eterna morada de luz y de amor espera cada día por ti.

Jose Reiner Rivera

viernes, 17 de junio de 2011

La mujer y el hombre





El hombre es: la más elevada de las criaturas.
La mujer es: el más sublime de los ideales.

El hombre es: el águila que vuela.
La mujer es: el ruiseñor que canta.

Volar es: dominar el espacio.
Cantar es: conquistar el alma.

El hombre es: el cerebro.
La mujer es: el corazón.

El cerebro ilumina.
El corazón produce amor.

La luz fecunda.
El amor resucita.

El hombre es el genio.
La mujer es el ángel.

El genio es inmensurable.
El ángel es indefinible.

Las aspiración del hombre es la suprema gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud eterna.

La gloria engrandece.
La virtud diviniza.

El hombre tiene la supremacía.
La mujer, la preferencia.

La supremacía significa fuerza.
La preferencia representa el derecho.

El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.

La razón convence.
Las lágrimas conmueven.

El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer es capaz de todos los sacrificios.

El heroísmo ennoblece.
El sacrificio sublimiza.

El hombre tiene un farol: la conciencia.
La mujer tiene una estrella: la esperanza.

La conciencia guía.
La esperanza salva.

El hombre es un océano.
La mujer es un lago.

El océano tiene la perla que lo adorna.
El lago tiene la poesía que lo deslumbra.

En fin:
El hombre está colocado en donde termina la tierra;
y la mujer en donde comienza el cielo.


Víctor Hugo

martes, 14 de junio de 2011

Chamalú, indio Quechua, Las enseñanzas de los ancianos indígenas

¿Cómo es posible estar bien cuando todo el mundo está mal?

R: Precisamente cuando todos están mal, resulta más necesario la presencia de gente feliz, para recordarles que ello es posible. Cada persona feliz es la esperanza de quienes aún no lo son y dudan de esa posibilidad.

P ¿Dónde aprendiste todo esto?

R: La vida es una gran escuela, conocí hombres y mujeres de sabiduría, fui discípulo de un árbol, viaje a mi espacio interior, me enamore de la vida; entonces, el silencio me habló. También soy asiduo visitante de los lugares sagrados, las bibliotecas invisibles donde la memoria ancestral permanece intacta, para quienes poseen la reverencia suficiente y la humildad necesaria para hablar con la Madre Tierra.

P ¿Cuántas horas al día trabajas?

R: hice de mi hobbie mi trabajo y estoy a tiempo completo en él, simultáneamente descanso y me divierto, siento que en el fondo es una ceremonia diaria que dura todo el día. Siempre he dicho, que cuando uno ama lo que hace, ya está de vacaciones…. Y para quienes tiene que trabajar en algo que no es de su preferencia, es mejor que amen lo que hacen, sabiendo que es algo que pronto les permitirá hacer lo que anhelan.

P ¿y que haces cuando lo que planificas sale mal?

R: mi bienestar no depende de los resultados, si hago las cosas con amor y disfrutando, ya he triunfado, aunque los resultados sean diferentes a los esperados, de todas maneras los errores son buenos momentos para descubrir debilidades y puntos a trabajar.

P ¿Qué significa ser feliz?

R: La autentica felicidad se diferencia de la alegría artificial, sintéticamente inducida, en que ella es natural; no tiene ningún otro motivo que no sea el de la vida misma; estar vivos es suficiente motivo para ser feliz, lo que significa que podrán existir momentos de dificultad, duda, incluso lágrimas, sin que la felicidad sea alterada; es decir que hasta esos momentos son disfrutables, en la medida en que no nos resistimos a ellos y los vemos como algo super fugaz e incluso necesario.

P ¿Todo el mundo puede ser feliz?

R: por supuesto que todos los que se atreven a despertarse y darse cuenta de que están vivos y comprender que estar vivos, es un compromiso sagrado para crecer disfrutando. Tenemos que comenzar primero aceptando todo lo que nos pasa, porque todo es momentáneo o porque es un bello desafío que podemos transformarlo; en segundo lugar, amar lo que nos pasa, porque amar es elegir la mejor energía para funcionar y porque amando conservamos la lucidez que nos permita tomar las mejores decisiones y, tercero porque si amamos, ya estamos disfrutando.

P Y si es tan fácil ser feliz ¿Por qué todo el mundo está infeliz?

R: La felicidad no es fácil ni difícil, es una opción inteligente, al alcance de quién decide hacerse cargo de su vida.

P. ¿Por qué crees que la gente aún es incapaz de amar a su prójimo?

R: Porque aún no se ama a sí misma

P. ¿Cómo amarse en este tiempo?

R: Si aceptamos lo que tenemos y lo agradecemos, nos conectamos con la armonía del universo y descubrimos lo sagrado que, a su vez, nos muestra el sentido de la vida.

P: ¿Amarse a si mismo es suficiente para amar a los demás?

R: No hay recetas, empero está al alcance de todos, si te aceptas, será más fácil aceptar a los demás y perdonar y liberarte de todo resentimiento y descubrir que la vida sigue siendo hermosa, cuando nos atrevemos a amar.

martes, 7 de junio de 2011

El niño y los clavos


Había una vez un niño que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debía clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa. El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca, pero poco a poco fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca.

Finalmente llegó el día en que el muchacho no perdió la calma para nada y se lo dijo a su padre. Entonces el padre sugirió al hijo que por cada día que controlara su carácter debía sacar un clavo de la cerca. Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. El padre llevó de la mano a su hijo a la cerca de atrás y le dijo:

- Mira hijo, has hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Ya la cerca nunca será la misma de antes. Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien, que, aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya quedó hecha. No importa cuántas veces pidas perdón, la herida está allí; y una herida física es igual de grave que una herida verbal.

Los amigos y nuestros seres queridos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonreirán y te animarán a mejorar. Te escucharán, compartirán una palabra de aliento y siempre tendrán su corazón abierto para recibirte. Demuéstrales siempre a estas personas cuánto los quieres.

miércoles, 1 de junio de 2011

Carta del gran jefe Seattle.

Jefe Seattle

"El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que de no hacerlo el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomar nuestras tierras. El Gran Jefe en Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.

¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la Tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlo a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.

Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la Tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las crestas rocosas, las savias de las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Mas ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros: deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daríais a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el Cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras si sólo un desierto.

No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizás sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde se pueda escuchar el desplegarse de las hojas en primavera o el rozar de las alas de un insecto. Pero quizás sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y que clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.

El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizante se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.

Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales, pronto habrá de ocurrir también al hombre.

Todas las cosas están relacionadas entre sí. Vosotros debéis de enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la Tierra, debéis decir a vuestros hijos que la Tierra está plena de la vida de nuestros antepasados.

Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la Tierra es nuestra Madre. Todo lo que afecta a la Tierra nos afecta a los hijos de la Tierra. Cuando los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.

Esto lo sabemos: la Tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la Tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a él mismo. Lo que ocurre a la Tierra ocurrirá a los hijos de la Tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia. Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con él -de amigo a amigo- no puede estar exento del destino común. Quizás seamos hermanos después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizás que sois dueño de nuestras tierras, pero no podréis serlo. Él es el Dios de la Humanidad y Su compasión es igual para el hombre de piel roja que para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para Él y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia el Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez antes que las demás tribus.

Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista esté cercada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció.

Así termina la vida y empieza el sobrevivir..."


No hay dificultad...


No hay dificultad

que no pueda ser conquistada

con suficiente amor...

No hay mal que no se pueda curar

con suficiente amor.

Ninguna puerta que no se pueda abrir

con suficiente amor.

Ningún golfo que no pueda ser atravesado

con suficiente amor.

No hay muro que suficiente amor no pueda derribar.

Ni pecado que suficiente amor no pueda redimir.

No hay diferencia en cuan profundamente asentada

pueda estar la dificultad,

qué tan desesperada sea la perspectiva

o cuan embrollada parezca estar la confusión.

Tampoco importa cuan grande sea el error.

Una suficiente realización de amor lo disolverá todo.

Y si pudieras amar lo suficiente

serías la persona más feliz y poderosa del mundo.

Emmet Fox

No culpes a nadie...


Nunca te quejes de nadie, ni de nada,

porque fundamentalmente tu has hecho

lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti

mismo y el valor de empezar corrigiéndote.

El triunfo del verdadero hombre surge de

las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu

suerte, enfréntala con valor y acéptala.

De una manera u otra es el resultado de

tus actos y prueba que tu siempre

has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni

se lo cargues a otro, acéptate ahora o

seguirás justificándote como un niño.

Recuerda que cualquier momento es

bueno para comenzar y que ninguno

es tan terrible para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente

es tu pasado así como la causa de tu

futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes,

de quien no acepta situaciones, de quien

vivirá a pesar de todo, piensa menos en

tus problemas y más en tu trabajo y tus

problemas sin eliminarlos morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser

más grande que el más grande de los

obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo

y serás libre y fuerte y dejarás de ser un

títere de las circunstancias porque tu

mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas

y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de tu vida,

ahora despiértate, lucha, camina, decídete

y triunfarás en la vida; nunca pienses en

la suerte, porque la suerte es:

el pretexto de los fracasados.

Pablo Neruda