sábado, 26 de noviembre de 2011

CAUSALIDADES Y SINCRONICIDADES.


Todo el Universo está interconectado,  
el todo depende de las partes y éstas del todo,
todos y cada uno somos parte de un Gran Plan,
por eso no existen las coincidencias ni las casualidades,
todo se mueve alrededor de causalidades y sincronicidades.

Nuestra vida no puede obedecer a ciegas fuerzas de azar,
accidentalidad, eventualidad y casualidad.
Venimos a la Tierra atraídos por un propósito
trascendental y, así mismo, cuando cumplimos
con nuestra misión, la abandonamos por un
propósito, sentido y dirección de orden mayor.

En la rueda de la vida el azar no existe,
tampoco los accidentes ni las eventualidades sin razón,
sólo los propósitos y las acciones interconectadas.                                

Todos los acontecimientos y las personas
con la que escribimos cada día las historias
de nuestras vidas y de la humanidad
están ahí, en tiempo, color, dirección y espacio,
como fuerzas de necesaria atracción
para nuestro crecimiento, aprendizaje y evolución.
Todo está en nuestras vidas y en el Universo
como el gran entramado de un propósito superior.

Extraído de: Ideario para el camino

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Obsérvate


Es muy importante que te afirmes en el hábito de autoevaluarte y de automejorarte cada día. Esta autorradiografía de ti mismo es un buen termómetro y un buen punto de partida:
Si no te apruebas a ti mismo, ¿quién te va a aprobar?.
Si no te interesa lo que haces, ¿a quién le va a interesar?.
Si no te inspiran respecto tus acciones. ¿a quién han de inspirarles?.
Si no te dispones a perdonar las faltas ajenas, ¿con qué derecho esperas que otros perdonen las tuyas?.
Si no confías en tus propias decisiones, ¿quién confiara en ellas?.                            

Si colocas hiel en las más puras emociones, ¿por qué te lamentas de llevar una existencia amarga?.                        
Si no cuidas el huerto de la amistad, ¿por qué te sorprendes cuando germinan en tu vida las decepciones?.
Si destrozas todas las avenidas que te traen afecto, ¿por qué te lamentas de la soledad en la que vives?.
Si aun no has aprendido a practicar el verbo comprender, ¿cómo pretendes conjugar el verbo amar?.
Si eres capaz de engañarte a ti mismo, ¿a quién no engañarías?.
Si persistes vivir dentro del ayer, ¿cómo puedes no temerle al mañana?.
Si oscilas entre el pasado y el futuro, ¿cómo puedes disfrutar bien del presente?.

                               Si nunca te decides a partir,
                               ¿por qué ansias tanto llegar?.
                               Si nunca te atreves a dar el primer paso,
                               ¿por qué aspiras al gozo de las satisfacciones?.

Ideario para el camino

Aprende a vivir.


No quemes los puentes. Te sorprenderá saber cuántas veces tendrás que atravesar el mismo río. Mantén tus expectativas altas.
Practica la empatía. Trata de ver las cosas desde el punto de vista de otros. Aprende a discrepara sin ser desagradable.
Enfoca los problemas como oportunidades para tu desarrollo y autocontrol.
Cuando pienses en criticar, muérdete la lengua. No interrumpas.
No permitas que tus posesiones te posean.
Ten tacto, no hagas sentir mal a alguien a propósito.
Escucha las diferentes versiones sin juzgar.

 Aléjate de la envidia. Es la fuente de mucha infelicidad.                    
Busca la oportunidad, no la seguridad. Un barco anclado en la bahía está seguro, pero con el tiempo se le dañará el fondo.                                          
Asume tus decisiones. No permitas que otros elijan por ti.
Observa a los grandes problemas; ellos disfrazan a las grandes oportunidades.
Aprende a perseverar ante los cambios.
Debes saber cuándo callar y cuándo hablar. ¡Sonríe!
Conviértete en la clase de persona que ilumina cualquier sitio simplemente por entrar en él. Brinda lo mejor de ti.
Permanece con la mente abierta, flexible y curiosa.
Define tus prioridades. Nadie ha dicho en su lecho de muerte: “¡caray, si tan sólo hubiera pasado más tiempo en mi oficina…!”
H. Jackson Brown

martes, 1 de noviembre de 2011

Vibraciones

“Nada está inmóvil, todo se mueve y todo vibra”, reza un principio universal. El pensamiento positivo vibra en altas frecuencias y reviste el alma de colores claros brillantes y luminosos. El pensamiento negativo vibra lentamente, por su baja frecuencia, y sus colores son opacos; cuanto más negativos, tanto más sombríos y tanto más bajo el tono de su sonido.
Los estados de ánimo vibran y lanzan vibraciones en sonido y colores creando ambientes positivos o energéticamente negativos. Todos los pensamientos, sentimientos y estados mentales se proyectan al exterior de las personas que los crean y van afectando a las personas que entran en el radio de influencia de esos estados, así como lo hacen las vibraciones emitidas por instrumentos musicales; estas vibraciones afectan bien o menos bien a otras mentes, aumentando los estados emocionales mentales que están a tono con ellas, creando así una acción en cadena. Por ejemplo, si tú te encolerizas, cargas los ambientes donde vives de energía negativa y proyectas vibraciones de ira, las cuales son atraídas magnéticamente por otras personas que estén también encolerizadas o que presenten emociones o estados de ánimos afines, generando en consecuencia un proceso de amplificación de esas ondas y ambientes negativos.
Así creamos nuestros propios campos vibratorios y nuestros ambientes humanos, positivos o negativos.
Esdras Rasit.

Elige vivir!!!

Con nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes creamos el ambiente y el decorado de los espacios donde vivimos y trabajamos.
El ambiente externo refleja mucho de nuestro ambiente interno.
La fuerza y la claridad que ya existen dentro de ti, que son producto de millones de años de evolución, te convierte en una maravillosa combinación de dones y talentos.
Nunca ha habido alguien como tú y nunca lo habrá.
Tú estás aquí por alguna razón. Naciste con la capacidad innata para ser, hacer y tener lo que tu corazón desee. Hay algo que siempre deberías estar haciendo, sin desperdiciar ni un solo día más haciendo caso omiso de esto.
Tú debes ser consciente de que, para ser verdaderamente feliz, tienes que vivir tu vida de acuerdo con tus dones y talentos especiales.
Tú tienes que vivir tu vida y no las de otras personas. Entonces, pregúntate: “¿Lo estoy haciendo?”.
El verdadero camino hacia la felicidad comienza contigo mismo.
Haz lo que te gusta y disfruta lo que haces. Vive al máximo cada día. Tomado de: Ideario para el camino (Vivir el Cielo en la Tierra ha modificado algunas líneas del texto original pero siempre tratando de no perder la idea del mismo)