No quemes los
puentes. Te sorprenderá saber cuántas veces tendrás que atravesar el mismo río.
Mantén tus expectativas altas.
Practica la empatía.
Trata de ver las cosas desde el punto de vista de otros. Aprende a discrepara
sin ser desagradable.
Enfoca los problemas
como oportunidades para tu desarrollo y autocontrol.
Cuando pienses en
criticar, muérdete la lengua. No interrumpas.
No permitas que tus
posesiones te posean.
Ten tacto, no hagas
sentir mal a alguien a propósito.
Escucha las
diferentes versiones sin juzgar.
Aléjate de la envidia. Es la fuente de mucha
infelicidad.
Busca la
oportunidad, no la seguridad. Un barco anclado en la bahía está seguro, pero
con el tiempo se le dañará el fondo.
Asume tus
decisiones. No permitas que otros elijan por ti.
Observa a los
grandes problemas; ellos disfrazan a las grandes oportunidades.
Aprende a
perseverar ante los cambios.
Debes saber cuándo
callar y cuándo hablar. ¡Sonríe!
Conviértete en la
clase de persona que ilumina cualquier sitio simplemente por entrar en él.
Brinda lo mejor de ti.
Permanece con la
mente abierta, flexible y curiosa.
Define tus prioridades.
Nadie ha dicho en su lecho de muerte: “¡caray, si tan sólo hubiera pasado más
tiempo en mi oficina…!”
H. Jackson Brown
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