En los tiempos difíciles es normal
que os sintáis frustrados y cansados, pero debéis saber que a vuestro alrededor
siempre hay muchos seres de luz, unos físicos y otros no, que siempre os hablan
aunque no les oigáis y que quieren ayudaros a mejorar y ascender, que sienten
un deseo profundo de comunicarse con vosotros y ahora ha llegado el tiemplo,
todo está cambiando a vuestro favor, y sentís algo así como un surtidor que
bombea energía en todas direcciones que os permitirá observar cómo crece la
hierba, y cómo se manifiesta vuestra esencia tras la densa espera después de la
tormenta.
Al final, todo pasará y dejando fluir todo lo que veis,
reconoceréis que todo tiene un principio y un final, que en realidad siempre se
trata de lo mismo; un fluir hacia el infinito. Estos seres de luz pueden
facilitar vuestros cambios, pueden estar con vosotros cada vez que se lo
pidáis. Sólo habréis de llamarles suavemente, dulcemente, y estarán a vuestro
lado, y los percibiréis claramente de forma resplandeciente en vuestro centro
corazón, y así cuando les abráis vuestro pecho vuestra alegría será la de
ellos, vuestro dolor estará en ellos, porque ellos son vosotros. Estarán
emocionalmente con vosotros en las dificultades aunque no podrán cambiarlas,
sólo pueden esperar a que todo se equilibre de nuevo.
Dentro de vosotros está el misterio de todo lo que
existe, la verdad, el fluir, de manera que ellos sólo os inspiran para que lo
busquéis y lo encontréis. Cuando al fin los percibáis, os daréis cuenta de que
siempre habían estado cerca, de que todo ha sido siempre perfecto, y que nunca
faltaron a vuestra llamada, sólo que no los podíais ver porque estabais
preocupados, cansados, y llenos de temores y, ciertamente, todo resulta más
difícil así.
En esos momentos en que no encontráis motivos para vivir
y continuar, ellos están ahí e intentan deciros que solo se trata de algo
pasajero, porque estáis bloqueando la risa y el amor que intenta salir a
borbotones de vuestro pecho y de vuestra esencia. Y todos sois por naturaleza
seres felices, amorosos, sencillos y despiertos, pero intentáis no veros así y
creer todo lo contrario. Ellos os han inspirado durante muchas vidas y ahora se
encuentran en vuestro cuerpo y en vuestra esencia, son Mensajeros Alados de la
Luz, que viajan por el universo buscando vuestra vida y vuestra alegría, por
eso es tiempo de despertar y descubrir cómo fluye la vida desde vuestro centro
hacia todo lo que camina junto a vosotros y entender que ellos son vuestra
risa, vuestra felicidad y vuestra alegría, en definitiva, vuestra presencia
dorada. Seguramente conocéis o habéis oído hablar de muchos nombres, y es que
hay tantos ángeles y maestros y nombres de seres ascendidos que cualquiera
puede ser quien llegue hasta vosotros, pero en realidad todos son uno solo,
aunque se vuelven más para que les encontréis más fácilmente, de manera que
cuando alguien perfila en su mente que su guía sea moreno, alto y grande,
seguramente encontrará a un maestro llamado Jesús, y cuando busquen la
presencia de un Rafael o un ángel alado que galopa por el cielo encontrarán a
otro, y así hasta cuando queráis, pero la verdad es que no hay diferencia,
porque todos sois la misma familia y estáis llamando siempre desde un mismo
lugar. Esos seres no tienen preferencias, ni mucho menos. Como guías
inspiradores saben que vosotros preferís esa forma de verles, diferentes, con
cualidades humanas, algunos con defectos, pero grandes y hermosos, no tienen
rostro definido como vosotros, eso no tendría sentido, ni poseen ningún cuerpo,
son solo luz, están hechos de otra forma, en otro universo o lugar paralelo,
donde todo es diferente y no existe lo que vosotros conocéis aquí, de hecho, ya
sabéis que vuestro propio cuerpo es algo temporal, intangible para ellos, igual
que para vosotros el de ellos resulta invisible e intangible, así que no pueden
ver vuestro cuerpo porque son de otra forma y otro espacio donde no tiene
cabida la materia tal y como la conocéis, por lo que tampoco pueden percibir la
materia. Eso sí, ellos son y están y saben que vosotros también sois y estáis y
saben lo que sois y lo que sentís juntos y lo que sois en verdad. Angel Luis
Fernández.
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