jueves, 29 de septiembre de 2011

El camino de la busqueda...


Y, antes de contestar, ves en frente una gigantesca puerta y, junto a ella, tu ángel que te dice:
Ven deja todo fúndete en mi amor. Estás en el camino de la búsqueda. Nunca vayas a imaginar cómo es otro mundo, ni cómo es otra vida; vive la tuya tal cual es, queriendo ser más consciente cada día. Sé implacable contigo mismo, aprende a conocer todas tus cuevas para que no tengas en dónde esconderte de ti mismo, pero sí de los demás, mientras te haces comprender. Si te das tregua, no darás en el blanco; a tu destino sólo puedes llegar consciente de ti mismo.
Crece en el horizonte y camina hacia él sin importar el frío, ni el hambre o el cansancio, pues ése es el simple precio mortal de tu camino. Prepara tu vida como quien arregla el morral al caminar, lleva en ella la consciencia limpia y el amor al ser. Jamás olvides que camino que no hagas a pie no es valedero; aprende a vivir la gloria de saber qué eres  y no fatigues con afán tus pasos; goza el sendero el sendero que a tu bien prefieras. He de advertirte que tus innumerables caras de cientos de disfraces, de deseos volátiles, de tantos pensamientos, te detendrán un rato y lucharás con demonios propios, nacidos deseando guerra, vestidos de cualquier manera de púrpura y rosa, de diamantes, de plumas y plateadas lunas.
Estas aquí, en esta dimensión del tiempo, creyendo ver seres extraños grabados en la roca. Todos ellos son tus caras y disfraces, tus senderos más privados, tan ocultos y alejados que acaso los percibes. Afortunado tú que sales en la búsqueda de ti mismo; sí, pero más afortunado es quien se encuentra, porque no todo aquél que camina llega en un día, ni todo aquél que llega encuentra.
Siempre encontrarás huellas donde haya luz que brille en el sendero, porque, antes que tú, otros la han visto y se han calentado en las noches frías de invierno, avivando la llama para quien las sigue.

Jamás olvides que has de comer mañana lo que vas a cocinar hoy y que hoy comes lo que cocinaste ayer.

Mauricio Puerta. Un camino para regresar.

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