domingo, 29 de abril de 2012

Reflexión

Para que se dé la evolución, debe haber un cambio genético que aumente la información de un ser a otro. Cuando os hablo de evolución debo dejar claro que no me estoy refiriendo a la evolución que se enseña en los colegios y universidades. Me refiero a la Macroevolución (conversión de molécula a bacteria. de bacteria a lagarto o de dinosaurio a ave). Pero al mismo tiempo, cuando hablo de evolución podéis pensar en Microevolución (adaptación de las especies). Es importante dejar bien claro que debéis ser conscientes de los cambios que ocurren en los seres vivos en su búsqueda de adaptación, es decir, a lo que llama la ciencia microevolución o "capacidad de adaptación" aun cuando estos cambios nunca se han observado ocasionando la transformación radical de un tipo de animal en otro; de un primate a un ser humano, por ejemplo, lo cual sería en realidad una Macroevolución.
Las células son básicamente sacos encapsulados por membranas de dos capas de ácidos grasos y otros lípidos, además de proteínas. Ahora bien, un aspecto central sobre la evolución es el plantearse cómo unas versiones sencillas de estas células, o vesículas, llegaron a aparecer por primera vez y comenzaron el proceso de competencia que impulsó la evolución de la vida.
Para dar una idea general de la evolución en un sentido material, debéis partir de la base de que el mundo se formó por una perturbación del átomo en estado ígneo, que produjo una gran masa de fuego. Esta masa de fuego, a través de perturbaciones sucesivas posteriores, creó otra gran masa, originando de esta manera la formación del Sol y Planetas que lo rodean.
La idea más fundamental es que los diferentes planetas que constituyen el cosmos, se originaron por esta propulsión del espacio.


En el proceso de la procreación, se ha revelado científicamente, a través de las investigaciones médicas, que la segunda célula del semen es la única que da la vida; todas las demás no hacen sino el papel de compañeras de aquella, con el objeto de dar la suficiente propulsión, en el momento de la eyaculación. Pues bien, cuando el Sistema Solar de Ouxrz (nombre de nuestro Sistema Solar)se formó por la propulsión del Gran Universo Central, proyectó sobre este pequeño Planeta el semen que sirvió de base a los Padres Creadores para crear a la Humanidad.
De manera que se puede explicar así el origen, tanto del mundo orgánico como del inorgánico, el de la humanidad y el de las estrellas y planetas, en cuyos mundos existe, siempre, la misma correlación.
Por ello, el mecanismo del cosmos es exactamente igual al de vuestro cuerpo, que constituye un pequeño Cosmos, como ya os decía en una referencia anterior y al que bien podríamos llamar el Microcosmos; asimismo, el Gran Universo está constituido por el Cosmos, al que cabria llamar Macrocosmos.
Ambos mundos tienen el mismo origen de vida: la “eyaculación” del Fuego Central. En el Macrocosmos, la “eyaculación” creó los diferentes planetas; en el Microcosmos, creó el nuevo ser.


Angel Luis Fernández.

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