miércoles, 16 de noviembre de 2011

Aprende a vivir.


No quemes los puentes. Te sorprenderá saber cuántas veces tendrás que atravesar el mismo río. Mantén tus expectativas altas.
Practica la empatía. Trata de ver las cosas desde el punto de vista de otros. Aprende a discrepara sin ser desagradable.
Enfoca los problemas como oportunidades para tu desarrollo y autocontrol.
Cuando pienses en criticar, muérdete la lengua. No interrumpas.
No permitas que tus posesiones te posean.
Ten tacto, no hagas sentir mal a alguien a propósito.
Escucha las diferentes versiones sin juzgar.

 Aléjate de la envidia. Es la fuente de mucha infelicidad.                    
Busca la oportunidad, no la seguridad. Un barco anclado en la bahía está seguro, pero con el tiempo se le dañará el fondo.                                          
Asume tus decisiones. No permitas que otros elijan por ti.
Observa a los grandes problemas; ellos disfrazan a las grandes oportunidades.
Aprende a perseverar ante los cambios.
Debes saber cuándo callar y cuándo hablar. ¡Sonríe!
Conviértete en la clase de persona que ilumina cualquier sitio simplemente por entrar en él. Brinda lo mejor de ti.
Permanece con la mente abierta, flexible y curiosa.
Define tus prioridades. Nadie ha dicho en su lecho de muerte: “¡caray, si tan sólo hubiera pasado más tiempo en mi oficina…!”
H. Jackson Brown

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