miércoles, 16 de noviembre de 2011

Obsérvate


Es muy importante que te afirmes en el hábito de autoevaluarte y de automejorarte cada día. Esta autorradiografía de ti mismo es un buen termómetro y un buen punto de partida:
Si no te apruebas a ti mismo, ¿quién te va a aprobar?.
Si no te interesa lo que haces, ¿a quién le va a interesar?.
Si no te inspiran respecto tus acciones. ¿a quién han de inspirarles?.
Si no te dispones a perdonar las faltas ajenas, ¿con qué derecho esperas que otros perdonen las tuyas?.
Si no confías en tus propias decisiones, ¿quién confiara en ellas?.                            

Si colocas hiel en las más puras emociones, ¿por qué te lamentas de llevar una existencia amarga?.                        
Si no cuidas el huerto de la amistad, ¿por qué te sorprendes cuando germinan en tu vida las decepciones?.
Si destrozas todas las avenidas que te traen afecto, ¿por qué te lamentas de la soledad en la que vives?.
Si aun no has aprendido a practicar el verbo comprender, ¿cómo pretendes conjugar el verbo amar?.
Si eres capaz de engañarte a ti mismo, ¿a quién no engañarías?.
Si persistes vivir dentro del ayer, ¿cómo puedes no temerle al mañana?.
Si oscilas entre el pasado y el futuro, ¿cómo puedes disfrutar bien del presente?.

                               Si nunca te decides a partir,
                               ¿por qué ansias tanto llegar?.
                               Si nunca te atreves a dar el primer paso,
                               ¿por qué aspiras al gozo de las satisfacciones?.

Ideario para el camino

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